¡Bebé en camino! El primer trimestre de mi embarazo

01 febrero, 2019



¡Estoy embarazada! 

Las que me seguís en redes sociales como Instagram o Facebook (@mvesblog), ya conocéis esta noticia desde diciembre ¡privilegiadas! He necesitado más tiempo para sentarme y contaros por aquí, en el blog, todos los detalles de mi experiencia, de como pasé el primer trimestre del embarazo, el cual mantuve en secreto hasta saber que por el momento todo iba bien. 

Me siento muy emocionada y me enamoro cada día más de este bebé que crece y se mueve dentro de mí, pero es cierto que antes de esto, me costó tomar consciencia de que podría estar embarazada, asimilar la noticia, y lidiar con los primeros síntomas, ¡y no porque haya venido de imprevisto! Si no porque no quería creer que había sido "tan rápido".

Durante las vacaciones del pasado agosto de 2017, Rubén y yo pudimos dedicar unos días para nosotros, salir de la rutina y relajarnos, eso nos ayudó a tomar la decisión de que era el momento de formar una familia. Seguro que podrían haber circunstancias mucho mas ideales, pero decidimos en base a que yo estaba muy cerca de cumplir treinta años, que nos gustaría tener más de uno, y que queremos ser unos padres jóvenes que en vista a 20 años, nuestros hijos se desenvuelvan solos y no tengamos que estar lidiando con adolescentes rebeldes llegados a los cincuenta. Parece una tontería, pero pensado a largo plazo, seguro que no tendré la misma agilidad dentro de una década, mucho menos dos. 

Nos habían dicho muchas veces que ir a por un bebé no es tarea fácil para todo el mundo, que hay parejas que tardan meses, incluso años en conseguirlo, y con esa idea, pensamos que podríamos ir intentándolo sin presión, que ya llegaría, y que no nos íbamos a obsesionar. Esperábamos que llevase su tiempo, y así ir tomando consciencia, pero en ocasiones, también ocurre a la primera, y por mucho que yo no quisiera creerlo, es una realidad. 


¿Cómo ha sido el primer trimestre de mi embarazo?

Si lo tuviese que definir en una sola frase, diría que fue un huracán de sensaciones. Incertidumbre, negación, alegría, miedo, sueño, malestar, ilusión, preocupación... podría seguir así unas cuantas lineas más, pero creo que es mucho más gracioso contaros algunos detalles de esos días. 


1. Primeros síntomas a los que no presté atención 

Septiembre fue un mes todoterreno; vuelta de vacaciones, inicio de varios proyectos, viajes programados, mi 30 cumpleaños... la agenda explotaba, estaba ocupada de lunes a domingo y mi nivel de estrés era muy elevado. 

Hacia mediados de mes, tuve varios episodios de nauseas matutinas, empecé a sentir mucho cansancio por la tarde, me mareaba con frecuencia y estaba convencida que el estrés, sumado a mis crisis de ansiedad, me estaban pasando factura. También habían días buenísimos, en los que me sentía estupenda. 

Además seguía bajando de peso, a pesar de que ya había finalizado todas las fases del método Lev, mi nueva alimentación basada en una rigurosa dieta mediterránea seguía restando gramos, y así lo íbamos viendo en cada visita con Ana, mi nutricionista. 

Esos síntomas los seguí teniendo algunas semanas, y mis familiares mas cercanos me decían "Yania, hazte un test, tu estas embarazada" todos estaban convencidos, pero yo me negaba, les decía que no podía ser, me excusaba en que aún no había tenido ninguna falta y que estaban delirando. 

A mediados de octubre, seguía lidiando con todo lo anterior, pero ahí sí que empezaba a preocuparme ¿Los nervios y el estrés me habían causado un retraso de 15 días? Podría ser, pero en ese momento sabia que tendría que seguir los consejos de mi familia. 


2. Así nos enteramos Rubén y yo 

Teníamos que salir de dudas y quitarme esa angustia de encima, que con todas las demás, me estaba desestabilizando. Así que fui a la farmacia a por un test, convencida de que lo haría la mañana siguiente y le diría a todos los que insistían "¿Veis cómo eran delirios vuestros?", no pude hacerlo. 

Eran las 4 de la mañana y tenía que ir al baño, al pasar por el salón vi la caja con el embalaje de la farmacia y recordé "es más efectivo a primera hora de la mañana", así que lo desembalé y leí las instrucciones. 

Decían algo como que sería negativo si pasados 5-7 minutos solo salía una barra en una de las ventanillas, en caso de que saliesen las lineas en las dos, era positivo. Estaba nerviosa, pero era sencillo. 

En cuestión de segundos habían salido las lineas en las dos ventanillas, esperé algunos minutos más por sí era un error, y al ver que se mantenía igual, encendí todas las luces de casa y desperté a Rubén.  

- Rubén, hice el ya test y mira que sale. Vamos a tener que comprar otro, porque este está estropeado. 
- ¿Por qué dices que está estropeado? 
- Porque han salido dos lineas 
- Pues eso es que vamos a tener un bebé.
- Esta estropeado, han salido al instante, y no puede ser. 
- Eso es que estas "muy embarazada", tráeme las instrucciones. 

Sentada al borde de la cama le pase las instrucciones, primero localizó una frase que decía "Es probable que si estas embarazada el resultado salga a los pocos minutos", después, como buen químico, me contó como funcionaba un test de embarazo para convencerme, y lo entendí.

Unos días más tarde, la ginecóloga me confirmaba, por si aún me quedaba alguna duda, que estaba de 7 semanas. 


3. Cómo me sentí durante las primeras semanas

Me costó asimilar que estaba creciendo una nueva vida dentro de mí, no notaba nada distinto dentro de mi vientre y aún no había podido verlo, por lo que seguía algo incrédula, para que negarlo. 

Que conste que mi fase de negación nada tiene que ver con "no desearlo", porque desde el primer momento lo he querido muchísimo, pero no dejaba de sorprenderme la rapidez con la que había llegado. Necesitaba asimilarlo. 

Aquellos síntomas que tuve semanas atrás, volvieron enseguida mucho más intensificados. Solo que las nauseas ya no eran matutinas, se manifestaban con mucha intensidad a partir de media tarde y hasta después de cenar, tenía una acidez y ardor en el estomago que me hacía pasarlo fatal, le cogí mucho asco a comer en general, abría la nevera y todo me parecía repugnante, en especial la verdura y los yogures, no hablemos del olfato... el olor a ajo era mi peor pesadilla, pero hay alguna que otra anécdota muy divertida con este tema. 

Un tarde, creo recordar que antes de tener la confirmación del embarazo, iba en coche con Rubén y de repente empecé a sentir un olor muy fuerte y desagradable, venía del exterior, al parecer él no lo percibía de la misma forma y le restó importancia, yo me sentí tan impotente porque no me hacía caso que me puse a llorar como una niña pequeña porque "olía mal". Mi chico alucinó tanto con mi reacción que lo primero que dijo fue "madre mía amor...eres una hormona con patas", se echo a reír mientras me acariciaba el pelo.  Él no necesitaba el test para creérselo, lo tenia asumido, así que al final parece que yo fui la mas sorprendida de todos. 

Volviendo a mi malestar general, también el sueño me atrapaba a todas horas, era capaz de quedarme dormida de pie. Mi rendimiento era penoso, no era capaz de trabajar de forma habitual y mucho menos ser capaz de asumir las jornadas infinitas que antes hacía muy a menudo. Por la mañana , era una brutal depredadora, y por las noches, apenas podía cenar, me las pasaba sentada en el suelo del baño. Para colmo, mis tratamientos de belleza habituales me generaban reacciones alérgicas de lo más vario pintas, desde párpados hinchados que no podía ni abrir, a la piel de la cara inflamada y llena de diminutos granitos ¡Y ojo! porque esto sí que me sigue pasando. 

A medida que pasaban las semanas descubrimos que el batido de chocolate me calmaba la acidez, y el agua con bicarbonato me cortaba las horribles nauseas, desde entonces fueron mis mejores aliados hasta llegar a la semana 13, pero tampoco me hacían librarme al 100% de lo mal que me sentía. Evitaba salir por las noches, dejé de ir a restaurantes porque me habían limitado mucho con todas esas cosas que nos "prohiben" a las embarazadas, no me apetecía salir nunca porque tenia sueño, pero además, tampoco tenia ganas de actualizar blog y redes sociales, así que me aparté. 

Llegando al segundo trimestre todos esos malos momentos fueron desapareciendo. Empecé a sentirme mas activa, volvía a comer con bastante normalidad, las nauseas se fueron y después de ver a nuestro bebé en la primera ecografía, me moría por retomar mi vida y contárselo a todo el mundo. 



4. Así dimos la noticia a la familia

Los primeros en enterarse fueron aquellos que seguían mis síntomas día a día, y no dejaban de preguntar. Como me negaba a darles la razón sin más, les engañé un poquito diciendo que aún no había hecho el test, hasta que preparé el material que veis en la foto que os enseño a continuación. 

Tanto a mis padres como a mi hermana les dimos la noticia por video llamada porque les tengo lejos, pero por separado. A ambos les hicimos la misma jugada, diciéndoles que extrañamente había llegado un paquete para ellos a nuestra casa, que lo teníamos aquí y que sí querían se lo abríamos, para ver lo que era. Picaron. 

Al abrir el paquete se encontraron con el test de embarazo positivo, un chupete y el mensaje que veis en escrito. Mis padres se quedaron callados unos segundos con una sonrisa enorme, y enseguida preguntaron "¿pero entonces estas embarazada?" igual que yo, necesitaban una confirmación segura. Enseguida ya se posicionaron y empezaron a expresar sus deseos sobre si seria niño o niña, y a imaginarse como abuelos. Lo de mi hermana fue mucho mas divertido, ella pensaba que ni de broma estaba embarazada, y cuando vio la caja empezó a gritar, llorar, saltar, reír, llorar otra vez.. no era ni capaz de hablar, solo decía "Voy a ser tía". Me arrepiento de no haber grabado esos momentos. 

A mis suegros le dimos la noticia por teléfono, muy a mi pesar, también emocionante, pero me hubiese gustado tenerles también en Skype. 


Para no liarnos mucho, al resto de la familia les enviamos esa misma fotografía por WhatsApp y esperamos a que fuesen llegando las reacciones. Muy divertidas, por cierto. 

A vosotras, os lo conté por redes el pasado 6 de diciembre, con foto que pongo a continuación y cayo muy de sorpresa, al haber estado ausente tantas semanas, pasé del cuerpo que me había quedado después de perder 14kg, a una barriguita muy resultona que salía de la nada. 



En este momento estoy a mitad del segundo trimestre, este está siendo mucho más tranquilo, pero os contaré con detalle llegado el momento. 

¡Espero que os haya entretenido mi relato! 
Ahora ya lo sabéis todo. 

2 comentarios

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